LA MANIPULACION DEL HOMBRE A TRAVES DEL LENGUAJE

Cuando escuchamos el término Televisión, de inmediato nos viene a la mente un aparato que nos presenta una serie de imágenes de personas que normalmente no conocemos, pero que con el tiempo nos parecen familiares; también, nos invade el concepto de entretenimiento, no pocas veces hemos escuchado decir "voy a ver la tele un rato para relajarme, hoy fue un día muy pesado y necesito distraer la mente".

Hoy en día, es común saber que muchos padres encomiendan su labor educativa a ese dispositivo, y claro, resulta demasiado cómodo mantener sentado a un niño, tenerlo "quieto" mientras pueden realizar otras actividades, o mejor aún, poder ver la otra tele sin que los molesten.

Pero, cuanta gente considera a la Televisión un arma de destrucción masiva?

Arma de destrucción masiva hemos dicho?

Si, es correcto, de destrucción masiva de voluntades, de la conciencia, del intelecto....y al final al propio individuo, y si no, que es lo que puede quedar de un ser humano cuando pierde la capacidad de razonamiento o su voluntad se encuentra condicionada a los deseos de otros?

Eso quizá no lo sepa o entienda el común de la población y se juzgue de desequilibrados mentales a quienes ven a ese noble aparato como nocivo para la salud mental.

Por esa razón me di a la tarea de sumergirme en mi biblioteca y tomar de algún experto en la materia elementos que nos ilustren, siempre debemos permitir que hable el mejor preparado y en esta ocasión el post toma extractos de un muy interesante libro de
Alfonso López Quintás: "La manipulación del hombre a través del lenguaje: Estudio de los recursos manipuladores y del antídoto contra los mismos".

Debido a que es algo extenso, lo manejaré en 2 partes, he aquí la primera:

Primera Parte

Qué significa manipular?

Manipular equivale a manejar. De por sí, únicamente son susceptibles de manejo los objetos. Un bolígrafo puedo utilizarlo para mis fines, desecharlo, situarlo aquí o allí... Estoy en mi derecho, pues se trata de un objeto. Es una realidad que carece de personalidad propia por no tener inteligencia, voluntad, capacidad creativa... Puedo, por tanto, poseerla, dominarla, disponer de ella, suplir su falta de iniciativa con mi capacidad de elaborar proyectos y realizarlos

Los seres humanos nos movemos en un nivel superior por estar dotados de inteligencia y de voluntad, y poder orientar la vida conforme a nuestra propia vocación, al ideal que nos hemos propuesto realizar. Si, al tratar a una persona, no respeto su capacidad de iniciativa y la tomo como un ser poseíble, dominable y manejable a mi arbitrio, conforme a mis intereses la bajo del nivel aun nivel de objeto.

Situar a las personas en planos inferiores al que le corresponde por su rango natural es una forma de manipulación agresiva que colabora a generar los modos de violencia registrados en la sociedad actual. Repárese en el hecho de que, antes de atacar a una persona, a un grupo, a un pueblo, se los reduce a mero obstáculo en el camino, a "enemigo". Si consideramos a un ser humano como persona -realidad peculiar que abarca mucho campo y forma una red de interrelaciones de todo orden-, no tendremos decisión para atentar abruptamente contra él. Este tipo de decisiones requiere cierto arrojo brutal, y éste sólo es posible cuando uno simplifica las cosas y deja de lado la riqueza de aquello que tiene enfrente. Si vemos a alguien como un mero enemigo a batir, nos sentimos libres para poner en juego todas las fuerzas de aniquilación.


Quién manipula?

Manipula el que desea vencer a otras personas sin preocuparse de convencerlas. Si me convences de algo con razones, no me dominas, no te elevas sobre mí y me humillas; ambos quedamos unidos bajo la luz de la verdad. Aceptar una razón porque la veo como válida no me empequeñece y rebaja; al contrario, me dignifica, ya que perfecciono mi conocimiento de la realidad. En cambio, si me adhiero a lo que dices sin tener razones para ello, me veo reducido a una condición gregaria, entro en el grupo de quienes no piensan ni deciden por su cuenta sino actúan al dictado de otros.

El manipulador intenta modelar la mente, la voluntad y el sentimiento de personas y grupos para convertirlos en medios al servicio de sus fines.

Notemos que el manipulador suele basar su eficacia en el arte de provocar reacciones automáticas. Por eso acelera el ritmo de su discurso a fin de no dejarnos reflexionar. Nos presenta la imagen de una bella joven duchándose, a la vez que nos hace oír el nombre del gel que suele usar. Con este simple recurso, ese producto queda orlado automáticamente de cierto encanto. Cuando vayas a la droguería para surtir tu cuarto de baño, observarás que tu vista tiende a fijarse en esa marca, que ejerce un especial conjuro sobre tus sentidos, tu inteligencia y tu voluntad. No lo dudes: estás siendo víctima de una manipulación. Tu elección no es libre; se halla en buena medida predeterminada.

Esta misma reducción de las personas a meros clientes se da también en el mundo de las ideas. Si tengo una forma de pensar e intento arrastrarte con astucias para que te adhieras a ella y la tomes como propia, me comporto como un manipulador -un demagogo-, no como un guía -un maestro-. He aquí la temible manipulación ideológica.

El que difunde sus ideas y muestra su validez de forma abierta y sincera no es un manipulador; es un maestro, un guía. Puede equivocarse, pero su equivocación no constituye un engaño; es sencillamente un error.


Para qué se manipula?

El mercader que manipula se mueve por afán de incrementar sus ganancias, triunfar en su profesión y elevar su posición social. El manipulador "ideológico" tiende a dominar al pueblo de forma rápida, contundente, masiva y fácil. Quiere someter espiritualmente a pueblos enteros de forma inapelable, con la facilidad que otorgan los recursos estratégicos de la manipulación.

Para dominar a un pueblo de esta forma, sólo se necesita privarlo de su carácter comunitario y reducirlo a masa. El concepto de masa es cualitativo, no cuantitativo. Un millón de personas que se manifiestan en una plaza con un sentido bien definido y valioso no constituyen una masa, sino una comunidad, un pueblo. En cambio, dos personas -un hombre y una mujer- que comparten la vida en una casa pero no se hallan debidamente ensambladas forman una masa.

La masa se compone de seres que están cerca pero no se complementan, de seres que actúan de forma individualista y no se aúnan entre sí, su falta de cohesión los hace fácilmente vulnerables.

A solas, somos incapaces de realizar la menor acción valiosa.

Si a una persona o a un pueblo se le lleva a pensar de tal forma que no ven posibilidad de unirse a las realidades del entorno de modo fecundo, se destruye de raíz su creatividad, su capacidad de formar tramas inexpugnables. ¿Cómo es posible suscitar en las gentes esa forma de pensar? Mediante el abuso del lenguaje, que es -según veremos- el vehículo viviente de la creatividad.

El lenguaje es un medio para comunicar algo a los demás, pero, en un nivel más profundo, es el medio en el cual creamos unidad entre nosotros.

Nada hay más grande en la vida humana que el lenguaje, pero nada más temible debido a su condición bifronte. El lenguaje puede construir una vida o destruirla, puede ser tierno o cruel, noble o banal, proclamador de verdades o propalador de mentiras. El lenguaje ofrece posibilidades para descubrir en común la verdad y facilita recursos para tergiversar las cosas y sembrar la confusión.

Con sólo conocer tales recursos y manejarlos hábilmente, una persona poco preparada, pero astuta, puede dominar fácilmente a personas y pueblos enteros si éstos no están sobre aviso. El manejo estratégico del lenguaje opera de modo automático sobre la mente, la voluntad y el sentimiento de las personas antes de que entre en juego su poder de reflexión crítica.

continuará...

1 comentario:

PEPMAC dijo...

Aqui en espera de la segunda continuación.

Saludos